Vivir en 20 metros cuadrados.

Ya conocéis la generación del baby boom. Padres preocupados por sus hijos millenial bohemios; padres que aún piensan que tu trabajo no te tiene que gustar, padres con coches, hipotecas y casas en la playa.

Esta generación pudo permitirse el lujo de comprarse una casa, pero no sólo una casa: una casa con 3 o más habitaciones. Y no es sólo porque pudieran, es porque es prácticamente lo único que se ofertaba en esa época.

No es que esto fuera algo malo, y entiendo que ahora los pisos cada vez sean más pequeños. Mucha gente ha dejado de arrastrar el estigma de solterón para alzarlo con orgullo; muchos otros prefieren no tener descendencia, y en general, la generación que sigue a los baby boomers no tienen ni coche, ni ahorros. De hecho, muchos aún ni siquiera han empezado a trabajar. Así que hay que rendirse a los loft y a los minipisos, ¿verdad?

un_estudio_de_luz_111126589_620x

Bueno, yo creo que igual se nos está yendo algo de las manos.

Veréis, desde que me independicé he vivido en pisos de una sola habitación. Los pisos de mis amigos tienen, como mucho, dos, o se encuentran en la periferia. Me encanta mi casa actual y no tiene más de 50 metros cuadrados. Lo que quiero decir es que todos nos hemos acostumbrado a pasar de las enormes casas de nuestros padres a nuestros pisos ‘acogedores’. Pero ¿dónde está el límite?

Hace unos meses que me alojé durante unos días en un apartamento vacacional en Hendaya. Era absolutamente precioso. Tenía 18 metros cuadrados en total. Os aseguro que no eché en falta el espacio durante esos días, pero eso era porque estaba de vacaciones. No pasé más de unas pocas horas allí cada día, y llevaba una maleta pequeña. No tenía que guardar comida para una semana (ni siquiera digo un mes, ¡eh!), ni tenía que tender ropa, ni mucho menos archivar nóminas, recibos o facturas. Si tuviera que hacerlo, para mí sería imposible vivir en 18 metros cuadrados.

un_estudio_de_luz_731293839_1800x1200

Mi casa no me parece extraordinariamente grande, pero tiene el tamaño adecuado para que una persona o dos vivan allí. Hay que aprender a deshacerse de muchas cosas cada poco tiempo, tirar ropa, papeles que ya no sirvan. Está bien, puedo vivir con ello. Pero creo que para vivir en 20 metros cuadrados tienes que vivir angustiado pensando qué es lo próximo que tiene que salir de casa inminentemente.

De acuerdo, yo no necesito más habitaciones. ¿Para qué? Pero hay un límite.

Me encanta ver pisos de alquiler en portales inmobiliarios. Es algo que me apasiona, excepto cuando he tenido que hacerlo de verdad. Es cierto, muchos de estos pisos tan pequeños son sólo partes de un piso gigante de antaño, que dividieron para poder hacer más viviendas. Pero ¿dividido en cuántas partes? Creo que a veces han llegado a convertir un hall de entrada en otra vivienda.

Por eso viviendas como la que veis en las fotos me apasionan, pero no estoy segura de poder vivir ahí. Sí, es cierto, estás en pleno centro, con un balcón precioso, pero ¿compensan las vistas con tener que dormir atado a la cama por miedo a caer al piso de abajo? ¿Podrá el habitante cocinar decentemente en esa cocina prácticamente inexistente? Creedme, he vivido en casas con cocinas de 1 metro cuadrado, y no es agradable.

un_estudio_de_luz_979023537_1800x1200

Un hogar tiene que ser práctico. Cada pequeño detalle tiene que provocarte tranquilidad, no ansiedad. No tienes que sentirte encerrado en tu propia casa. Pasaría unos días maravillosos en este loft de Madrid, pero sólo eso… unos días.

 

 

 

(Fuente de las fotografías: aquí).

 

Deja un comentario